Mientras Cristo, el Dios del universo encarnado, estuvo en la tierra, fue luz aquí; en el tiempo de su partida Él nos designo a nosotros para continuar siendo luz a las naciones, a toda tribu, pueblo, lengua y nación. Jesús dijo que nos convenia que se fuera para enviar al Consolador, quien nos guía a toda verdad, convence a un mundo de pecado, y nos capacita para testificar de Aquel que nos salvó.
Mientras estamos aquí, ser luz es nuestra responsabilidad. ¿No te parece increíble?